Duffy Sheridan, pintor
estadounidense, ha estado pintando desde que era un niño. Su padre, también
artista, le animó a aprender a pintar cualquier cosa y todo. Él ha viajado por
el mundo y dedicado su vida artística al descubrimiento y la expresión de la
belleza como él lo ve.
Aunque él y su familia pasó
muchos años en relativo aislamiento en los rincones más lejanos del mundo, la
obra de Sheridan ha atraído la atención de los coleccionistas de los cinco
continentes. Desde su regreso a los Estados Unidos en 1991, su obra ha recibido
reconocimiento internacional y ha sido catalogado como un Maestro por el Centro
de Renovación Art. Sus pinturas se encuentran en instituciones de prestigio desde
una catedral en el Pacífico Sur a la Academia de la Fuerza Aérea de Estados
Unidos en la sede corporativa en Manhattan, así como en las residencias
privadas de reyes, jueces, obispos, doctores y coleccionistas de todo el mundo.
Durante más de 35 años las enseñanzas de la Fe bahá'í han sido la principal
influencia en la vida y la obra de Sheridan y han dominado su continua búsqueda
de ese equilibrio de la artesanía y la expresión artística que tiene la
capacidad de elevar, de alguna manera, el ser humano condición.
Sheridan siente que está en
el proceso de aprender, apreciando la
riqueza de la humanidad, y ha llegado a creer que el propósito de su trabajo
debe ser "para ampliar la dignidad y la nobleza del espíritu humano y la
singular belleza de todas las cosas. Cuando la gente mirar a uno de mis
cuadros, me gustaría hacerles ver que los seres humanos, de hecho, son seres
nobles".
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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