Olivier Massebeuf nació en
Lyon y asistió, el París, a la Academy
des Beaux Arts, en la década de 1980. Estudió la obra de artistas gráficos,
tales como Hugo Pratt y Jacques Tardi, pero no se sentía inclinado a dedicarse
por entero a la pintura como su forma de vida. En aquellos días, hizo un par de
pinturas de acrílico en blanco y negro.
Entre 1983-1987 se concentró
en sus estudios británicos, pero continuó dibujando y para satisfacer su
fascinación por los comic como una forma de arte, llevó a cabo un proyecto
llamado "Rosa", con su hermana Pascale. Esto implicó la redacción de
una historia que inspiró el dibujo ilustrativo adjunto.
Al mismo tiempo, Olivier
Massebeuf pintaba por las noches, después de sus estudios durante el día, una
actividad marginal, algo reservado que tomó en serio y que llevó a cabo en él
una afinidad profunda con la pintura.
Después de haber pasado un
año en Londres como auxiliar de conversación de francés, Olivier Massebeuf
volvió a París y comenzó a trabajar como ilustrador para la revista GRAAL, lo
que le permitió mejorar su arte, en particular la composición, un elemento
clave en su trabajo futuro como pintor.
Sin embargo, cuando dejó de
trabajar para la revista, en 1990, se implicó en diversos proyectos de música,
hasta el punto de que en los siguientes diez años no tomó un lápiz o un pincel.
En aquellos días, se dedicó a la música por encima de todo.
En el 2000, Olivier
Massebeuf volvió a pintar, con la convicción de que entonces estaba listo para
expresar los sentimientos más profundos, mientras sigue trabajando en el ámbito
de la música y como profesor de inglés en una escuela secundaria suburbana. Fue
entonces cuando empezó a pintar sin descanso con los sentimientos
contradictorios de cumplimiento y frustración
Aunque Olivier Massebeuf es
reticente al hablar de su trayectoria artística, nos da algunas pistas sobre su obra:
"Cuando era adolescente
me encontré con dibujos de Egon Schiele y me produjeron como una cierta sorpresa.
Lo veo como el precursor del cómic (junto con Toulouse Lautec), muy por delante
de su tiempo... Hugo Pratt podría haber pensado lo mismo! Desde entonces, he
tenido un gusto especial por las atmósferas extrañas, que a veces se han
considerado como mórbidas, aunque no creo que mi pintura transmite sentimientos
pesimistas. Cuando era adolescente, me fascinó el solemne onirismo de Paul
Delvaux, que parecía coincidir con el gusto por la ola “Inglés Fría” que era
una tendencia de la música de moda entonces.
Además, me siento muy cerca
de pintores como Lucian Freud, Francis Bacon, Jean Rustin o Jenny Saville que
llevan adelante, con la exploración del alma humana, una tendencia que no se
marchita ".
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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