Nació en San Vicente de
Alcántara, Badajoz, el 17 de febrero de 1899, aunque erróneamente en muchas de
sus biografías consta que fue 1905 el año de su nacimiento.
Está considerado como el
gran renovador del paisajismo en la España de la mitad del siglo XX, junto con
Benjamín Palencia y Vázquez Díaz.
Huérfano de madre desde los
seis años, fue enviado por su padre a terminar el bachillerato en Salamanca,
con la pretensión de que tras concluirlo, iniciara la carrera de Farmacia.
Cuando aún cursaba el último
año se escapó a Madrid resuelto a estudiar pintura. Comenzado su aprendizaje de
forma autodidacta, lo hizo estudiando y copiando obras del Museo de
Reproducciones, y más tarde en el Museo del Prado. Algunas de estas copias eran
postales que enviaba a su familia. También pintaba al aire libre, sobre todo en
la Dehesa de la Villa.
Sus exposiciones madrileñas
de 1956 (Ateneo), 1959 (Dirección General de Bellas Artes), 1964 (de nuevo en
el Ateneo), y 1967 (Galería Biosca), no hicieron sino afianzar su reputación
identificándole como el creador de una de las interpretaciones más
conceptualizadas y profundas del paisaje español contemporáneo.
Durante los años 60 y 70,
además de participar en otras exposiciones, Ortega Muñoz estuvo representado en
la colectiva realizada por el Guggenheim Internacional Award de Nueva York
(1960), en la de pintores españoles contemporáneos que se presentó en París, en
La Maison de la Pensée Française (1962); y en la de Maestros de la pintura
española actual que organizó la Galería Theo en Madrid (1967). En 1970 presentó
la retrospectiva más importante de toda su carrera en el Casón del Buen Retiro
de Madrid, que se mostró después en la Biblioteca de Cataluña y en el Pabellón
Mudéjar, en Sevilla. Su presencia a nivel internacional se hizo notar, ya en
los últimos años de su carrera, en la colectiva Masterpieces of Fifty
Centuries, que organizó en 1971 el Metropolitan Museum de Nueva York. Ciudad a
la que viajó y en donde volvió a exponer a finales de ese mismo año, en la
Galería Hastings del Spanish Institute.
Para entonces, críticos de
varias generaciones se habían pronunciado en los términos más elogiosos sobre
su pintura: Manuel Abril, Llosent y Marañón, Camón Aznar, Luis Felipe Vivanco,
Gaya Nuño, José Mª Moreno Galván, Manuel Sánchez Camargo, Alonso Zamora
Vicente, Santos Torroella, Baltasar Porcel, Corredor-Matheos. En un ensayo
memorable, el poeta Gerardo Diego desveló la relevancia ontológica y la
cualidad profundamente existencial de su trabajo. Sin perder su relación con
los referentes generacionales o figurativos que le son característicos, la obra
de Ortega Muñoz alcanza una tensión expresiva que no fue ajena a los logros de
la pintura abstracta y que hoy debe valorarse a la luz de las nuevas
perspectivas que han abierto al arte contemporáneo las prácticas conceptuales
vinculadas a la experiencia del paisaje y a la relación con la naturaleza.
Fuentes:
Nota: La propiedad
intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores
y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar
el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas
disfruten contemplando sus obras.
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