Judith Peck es una pintora
alegórica de Washington DC que ha expuesto su trabajo continuamente local e
internacionalmente en museos, galerías y diversos lugares de arte. Si bien sus
pinturas son figurativas, por lo general de una sola persona, sus pinturas no
son retratos. En cambio, Peck utiliza figuras icónicas que dialogan con la
audiencia.
Ella tiene una larga
historia de incorporar preocupaciones políticas y sociales en su trabajo. El
trabajo de Peck demuestra una vida interior rica que refleja a través, sobre
todo, las caras de sus temas y sobre la lona que permite al espectador profundizar
en la psicología del sitter. Ella dice: "Si realmente podemos vernos,
podemos perseguir la vida compasivamente sin quedar atrapados en sus
fisuras".
Trabajando de estos
principios, sus pinturas combinan el yeso y el óleo, lo que se traducen en una
narrativa de cómo nos curamos nosotros mismos en un mundo quebrado. El trabajo
se convierte en una guía para investigar nuestras vidas y lugares y, esperamos,
la presencia persistente y penetrante de los modelos nos alejará de nuestra
complacencia.
Declaración de la artista:
“He pintado mis modelos para
tener un resplandor etéreo, distinto de un fondo que de otra manera podría
envolverlos. Capturado en su mirada es el conocimiento de que la persona ha
experimentado la vida plenamente y se trasladó más allá de los retos de la
vida. Mi esperanza es que su mirada penetrante alejará al espectador de la complacencia.
Las caras calurosamente resonantes ofrecen una puerta al interior humano,
evocando la urgencia psicológica y social. El detalle de las pinturas es
importante para que se sientan sólidas y reales. Estas obras se convierten en
guías para explorar los desafíos que hablan al núcleo de la propia existencia.
Las pinturas son íntimas, y vistas de cerca, crean la sensación de mirar en un
espejo para encontrarse con ojos que realizan preguntas ineludibles.
Equilibrando la luz y la oscuridad, las imágenes plantean preguntas
existenciales, provocando sentimientos profundos sobre las ambigüedades de la
vida. La belleza y el dolor, la vida y la muerte entran en equilibrio, y el
espectador se convierte en el filósofo, atraído hacia la introspección sobre el
significado y la preciosidad de la vida. El arte se convierte en poesía y la
poesía se convierte en filosofía, dejando al espectador sutilmente cambiado”.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog
corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo
de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro,
y que otras personas disfruten contemplando sus obras.
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