miércoles, 17 de mayo de 2017

Judith Peck


Judith Peck es una pintora alegórica de Washington DC que ha expuesto su trabajo continuamente local e internacionalmente en museos, galerías y diversos lugares de arte. Si bien sus pinturas son figurativas, por lo general de una sola persona, sus pinturas no son retratos. En cambio, Peck utiliza figuras icónicas que dialogan con la audiencia.
Ella tiene una larga historia de incorporar preocupaciones políticas y sociales en su trabajo. El trabajo de Peck demuestra una vida interior rica que refleja a través, sobre todo, las caras de sus temas y sobre la lona que permite al espectador profundizar en la psicología del sitter. Ella dice: "Si realmente podemos vernos, podemos perseguir la vida compasivamente sin quedar atrapados en sus fisuras".
Trabajando de estos principios, sus pinturas combinan el yeso y el óleo, lo que se traducen en una narrativa de cómo nos curamos nosotros mismos en un mundo quebrado. El trabajo se convierte en una guía para investigar nuestras vidas y lugares y, esperamos, la presencia persistente y penetrante de los modelos nos alejará de nuestra complacencia.
Declaración de la artista:
“He pintado mis modelos para tener un resplandor etéreo, distinto de un fondo que de otra manera podría envolverlos. Capturado en su mirada es el conocimiento de que la persona ha experimentado la vida plenamente y se trasladó más allá de los retos de la vida. Mi esperanza es que su mirada penetrante alejará al espectador de la complacencia. Las caras calurosamente resonantes ofrecen una puerta al interior humano, evocando la urgencia psicológica y social. El detalle de las pinturas es importante para que se sientan sólidas y reales. Estas obras se convierten en guías para explorar los desafíos que hablan al núcleo de la propia existencia. Las pinturas son íntimas, y vistas de cerca, crean la sensación de mirar en un espejo para encontrarse con ojos que realizan preguntas ineludibles. Equilibrando la luz y la oscuridad, las imágenes plantean preguntas existenciales, provocando sentimientos profundos sobre las ambigüedades de la vida. La belleza y el dolor, la vida y la muerte entran en equilibrio, y el espectador se convierte en el filósofo, atraído hacia la introspección sobre el significado y la preciosidad de la vida. El arte se convierte en poesía y la poesía se convierte en filosofía, dejando al espectador sutilmente cambiado”.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.








































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