martes, 19 de septiembre de 2017

Carlos Ramírez


Carlos Ramírez nació en Cuba. Por razones políticas su familia se trasladó a los Estados Unidos cuando era un niño. La historia de su familia es como la de muchos inmigrantes, y recuerda esos primeros días en Nueva York: “Mis padres vinieron a este país con nada más que la ropa en su maleta. Renunciaron a una vida cómoda que se estaba deteriorando con la esperanza de un futuro seguro. Como adulto ahora puedo admirar su valor y determinación. A finales de los años treinta aterrizaron en un país donde no hablaban el idioma, no tenían recursos financieros y un niño pequeño”.
Ramírez siempre dibujaba y pintaba, pero como hijo único de una familia inmigrante, a sus padres le preocupaba que tuviera una profesión estructurada, en vez de arriesgarse a una carrera como artista. En la universidad se centró en el dibujo y la redacción con la esperanza de perseguir un grado arquitectónico, pero en el último minuto, debido a la insistencia de su padre, se aplicó a la escuela de derecho.
Recibió una beca completa para la Facultad de Derecho de la Universidad de Miami, donde sobresalió, pero pronto se dio cuenta de que su corazón no estaba en ella. En su último año dejó el programa para seguir una visión de poner una colección de moda. "Aplicé todas mis habilidades de dibujo, dibujo y diseño a este nuevo esfuerzo", señala. A los 23 años, estableció la marca Liancarlo, y hoy es un diseñador altamente reconocido en el mundo de la moda. La etiqueta ha vestido decenas de celebridades y su trabajo ha sido presentado en innumerables revistas de moda.
A lo largo de los años de crecimiento de su negocio, se convirtió en un diseñador de día y pintor de noche, teniendo talleres con grandes artistas como el pintor Wolf Kahn buscó tiempo para llevar a cabo esta pasión con el mismo estudio detallado y compromiso que trajo que aplicó a la construcción de su negocio.
En 2014, fue aceptado en los prestigiosos talleres de Master Artists Series para pintores abstractos con el maestro de renombre nacional Steven Aimone, en el Atlantic Center for the Arts de Florida. Sus pinturas han crecido a lo largo de los años, desde el trabajo de representación hasta las grandes y ambiciosas abstracciones de hoy.
Línea, color y forma están en el centro de sus diseños y pinturas. No están separadas, sino que han cohabitado durante muchos años, uno que es una consecuencia natural del otro. Ramírez continúa pintando todos los días de su estudio en Coral Gables, Florida.
Fuentes:
Nota: La propiedad intelectual de las imágenes que aparecen en este blog corresponde a sus autores y a quienes éstos las hayan cedido. El único objetivo de este sitio es divulgar el conocimiento de estos pintores, a los que admiro, y que otras personas disfruten contemplando sus obras.

















































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